EN
PAREJA: Sexualidad
Sexualidad en la Vejez
II Parte
Aún asÃ,
desgraciadamente es muy común que a
cierta edad avanzada, las personas inhiban su deseo sexual, presenten
disfunciones, o incluso que se abstengan de la relación sexual totalmente. Esto
se debe más a prejuicios,
creencia de mitos y hasta desinformación, que a problemas fÃsicos.
Los cambios que se sufre
cuando ya no se es tan joven, no afectan la sexualidad. En la mujer anciana o de
la tercera edad, el primer cambio que se evidencia es la menopausia, que no
tiene efectos en el comportamiento sexual, más que la vagina acartonada, cierta
lentitud en la respuesta sexual y en la aparición de la excitación. Ninguno
de estos cambios imposibilitan el buen desarrollo de una relación erótica. ver
artÃculo
En el caso de los
hombres, los cambios tampoco influyen en su desempeño sexual, sin embargo si
aumenta el lapso entre el estÃmulo sexual, y la aparición de la erección,
ésta última puede volverse menos firme, su producción de semen, pero no de
espermatozoides, disminuye; asà como la intensidad de las contracciones
musculares. También se puede dar la dificultad de responder a nuevos
estÃmulos después de un contacto sexual anterior.
El orgasmo no tiene
relación alguna con la cantidad de semen, ni con las contracciones musculares,
por lo que no hay por qué creer que después de cierta edad, se pierda la
capacidad sexual. Al contrario, de hecho un hombre mayor puede ser mejor amante
cuando la urgencia orgásmica ha disminuido, pues podrá tomarse más tiempo en
el preámbulo y en satisfacer a su compañera.
Sin lugar a dudas, una
sexualidad activa sólo tiene consecuencias positivas, pues asà el adulto mayor
se sentirá apreciado, comprendido por su pareja, todavÃa querido y deseado, se
sentirá libre y capaz de expresar afecto asà como de recibirlo, conlleva un
fortalecimiento del vÃnculo de la pareja, de la autoestima de cada uno, y en
general, produce un sentimiento de vitalidad indescriptible.
Aquellas personas que
practican el sexo, sin inhibiciones por su edad son más felices y siguen
sintiendo que son parte de este mundo. La sexualidad es muy hermosa y no hay por
qué complicarla con prejuicios que enferman nuestra mente, pues cuando
disfrutamos de ella, la vida se no hace más preciada y todo tiene más sentido.
Además es innegable
que por salud, mantener una vida sexual activa es muy recomendable, pues además
de levantarnos el ánimo, nos mantiene en mejor condición fÃsica y ayuda al
mejor funcionamiento del sistema cardiovascular.
Asà que si somos ya
mayores, rompamos esquemas y disfrutemos de una vida sexual plena, que está
esperándonos y si somos hijas o nietas, hablemos con nuestras madres o abuelas,
es antinatural que se priven de la sexualidad teniendo todas las capacidades para
aprovecharla en todo su rigor. No permitamos que los prejuicios nos hagan
infelices.
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