EN
PAREJA: Sexualidad
La Sexualidad y la
Menopausia
La menopausia
es una condición de la mujer que se produce, por lo general, después de los
cuarenta años. La manifestación más evidente es que el ciclo menstrual empieza a
desaparecer. Pero además, el organismo femenino deja de producir óvulos, por lo
que ya no puede tener bebés y se producen diversas modificaciones hormonales.
Los síntomas más comunes
son oleadas de calor, hipersensibilidad, irritabilidad y nervios, entre otros,
pero en su mayoría no son graves ni serios. Sin embargo, siempre se debería
consultar con el ginecólogo para estar segura del desarrollo normal de la
situación, aún cuando las complicaciones sean muy raras.
En nuestra cultura se
generalizó hace mucho tiempo, el mito de que una mujer con menopausia ya no es
sexualmente activa. Esto es producto de la creencia errónea de que el sexo en
la mujer sirve únicamente para la reproducción, olvidándose de las
dimensiones físicas, placenteras y psicológicas que abarca la sexualidad.
El problema surge cuando
la mujer piensa que ha perdido sus capacidad sexual con su facultad de
reproducirse y no hay
nada más lejano de la verdad. Sus deseos sexuales siguen siendo
los mismos y sus habilidades de llegar al orgasmo y experimentar placer también
siguen siendo las mismas.
Lo que si ocurre en
algunas mujeres es lo que se conoce como vagina acartonada, causada por la
pérdida de ciertas hormonas, en especial los estrógenos. Esto produce que la
mucosa vaginal se adelgace y pierda elasticidad, lo que afecta la lubricación
que se da cuando ella se excita.
En todo caso, esta
condición de la mucosidad no tiene por qué ser un impedimento para tener
relaciones sexuales, pues existen métodos clínicos para evitarlo y además
siempre hay lociones o pomadas lubricantes que se pueden utilizar como
sustitutos de la lubricación natural. Si se opta por el lubricante, es
fundamental que no se escoja la vaselina, puesto que contiene petrolato el cual
puede irritar y lastimar tanto la vagina como la mucosa.
Pero lo más
importante de todo, es que la mujer no tenga ese prejuicio o convicción de que
la vida sexual acabó para ella. La máxima barrera para un comportamiento
sexual sano y normal son nuestros propios mitos que provienen de la mala
educación sexual, la cual desgraciadamente es muy común.
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