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Psicología
La Fobia
Existen muchos tipos de fobias, pero entre las que se pueden considerar más
“comunes” se encuentran:
Acrofobia:
miedo a las alturas.
Agrafobia:
miedo a las agresiones sexuales.
Ambulofobia:
miedo a caminar.
Antrofobia:
miedo a los humanos.
Aracnofobia:
miedo a alas arañas.
Autofobia:
miedo a la soledad.
Aviofobia:
miedo a volar.
Bacterofobia:
miedo a las bacterias y las enfermedades que transmiten estas.
Bacilofobia:
miedo a los microbios.
Claustrofobia:
miedo a estar encerrado.
Criptofobia:
miedo a los lugares pequeños.
Catagelofobia:
miedo a hacer el ridículo.
Catapedafobia:
miedo a saltar (no importa cual sea la altura).
Coitofobia:
miedo al sexo.
Deshabiliofobia:
Miedo a desnudarse ante alguien.
Falacrofobia:
miedo a quedarse calvo.
Gamofobia:
miedo al matrimonio.
Gerascofobia:
miedo a la vejez.
Herpetofobia:
miedo a los reptiles.
Heterofobia:
miedo al sexo opuesto.
Metatesiofobia: Miedo a los cambios
Neofobia: Miedo a algo nuevo.
Oclofobia
: Miedo de las multitudes.
Pedofobia:
miedo a los niños.
Ponofobia:
miedo al dolor.
Rupofobia:
miedo a la suciedad.
Las fobias se pueden tratar de diferentes maneras:
Terapia de Exposición: Esta terapia conductual fue desarrollada originalmente
por Joseph Wolpe. En este tipo de terapia, el terapeuta desensibiliza al
paciente del estímulo fobígeno, usando una exposición programada, gradual y
progresiva del mismo. Con esto, el paciente aprende a volverse fóbico a algún
objeto o situación en particular, y puede reaprender a perderle el miedo si se
usa la técnica apropiada. También se le enseña al paciente a controlar la
angustia con técnicas de respiración y relajación.
Terapia Cognitiva: Con esta terapia se busca que el paciente entienda que su
temor no está basado en la realidad, sino en temores internos ajenos a esta. En
algunas ocasiones la raíz de esos temores se encuentra en una mala experiencia.
Desensibilización Sistemática: En esta técnica se utiliza la imaginación en
lugar de la exposición. Al paciente se le hace imaginar que se va exponiendo de
forma paulatina y programada ante el estímulo fobígeno. Cuando se detiene la
exposición real o imaginaria, comienza el proceso de desensibilización, esto
cuando el paciente ha logrado recuperarse del malestar. Poco a poco va
acercándose más al paciente a la situación que le provoca el miedo.
Muchas personas confunden las fobias con los miedos, por lo que antes de sacar
una conclusión, lo mejor es acudir a donde un psicólogo para que él decida cuál
es exactamente el problema.
I Parte: La Fobia
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