EN
PAREJA: Sexualidad
¿SEXO DURANTE EL
EMBARAZO?
(II Parte)
Es tÃpico que el
deseo sexual fluctúe antes y después del parto, tanto en la mujer como en su
pareja. Estos momentos de deseo por lo general no se
sincronizan; algunas
mujeres encintas desean más cercanÃa fÃsica, cariño y caricias eróticas,
otras menos. El interés en contactos genitales puede crecer, disminuir e
incluso desaparecer sin ningún ritmo definico. Además de estas variaciones, el
hecho de tener una criatura creciendo en el vientre tienen un efecto sobre la
percepción de las mujeres sobre su cuerpo, su capacidad para el placer y su
percepción sobre su deseo para su pareja.
No solo la mujer es
la afectada; algunos hombres pueden mostrarse renuentes a iniciar actividades
sexuales con su pareja embarazada, mientras que otros se sentirán más unidos
todavÃa a ella, aumentando su deseo. Otros, además, no pueden comprender y
aceptar el cambio en la sexualidad de su mujer. Todo esto debe hablarse entre
ellos, y si se presentan problemas que ambos no puedan solucionar se puede
recurrir a un consejero. Lo más importante es ser honesto, reconocer lo común
que son estos cambios y convertir esta experiencia en un hecho inolvidable para
los dos.
Es muy probable que
después del parto haya cambios significativos en la sexualidad. Algunos serán
fÃsicos; puede haber cambios temporales en la forma y la sensitividad de la vagina, e incluso se pueden dar cambios permanente en el aspecto general de los
genitales. Estos cambios pueden ser controlados y reducidos por medio de
ejercicios recomendados por un especialista, como los ejercicios de Kegel.
Otros cambios pueden
darse en la sexualidad. Poco después del parto pueden presentarse dÃas en los
que no se siente deseo sexual, y otros en los que pueden darse con gran
intensidad. Todo esto debe hablarse con la pareja y amigos; después de todo, la
sexualidad es una fuente de alegrÃa, incluso a través de todos los cambios por
los que una mujer pasa durante el embarazo.
Es importante
comprender que estos cambios son naturales y no se debe luchar contra ellos.
Ambos, la futura madre y su pareja, deben aceptarlos y evitar verlos como
inconvenientes, pues no lo son, sino como una experiencia que les mostrará que
la vida tiene muchas formas de darnos felicidad.
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