NO
REQUIERE TÃTULO
Wislawa Szymborska
(Polonia, 1923)
Aquà estoy, sentada bajo un árbol,Â
a orillas de un rÃo,Â
una mañana soleada.Â
Es un hecho anodino
que no pasará a la historia.
No es una batalla ni un tratado,
cuyas causas se investigan,
ni el memorable asesinato de un tirano.
Sin embargo, estoy sentada a orillas del rÃo.
Y si estoy aquÃ,Â
forzoso es haber llegado de alguna parte,Â
y antes forzoso fue haber recorrido otros lugaresÂ
como los conquistadores de nuevas tierras
antes de subir a bordo de sus navÃos.
Incluso un instante fugaz tiene un turbulento pasado,Â
un viernes anterior a sábado,Â
un mayo que a junio precede,Â
y horizontes no menos realesÂ
que los dibujados en los prismáticos de los mariscales.
El árbol es un álamo hace años arraigado.
El rÃo es el Raba que no empezó a fluir ayer.
La senda no anteayerÂ
se abrió entre matorrales.
Antes de disipar las nubes, el viento
hasta aquà las arrastró.
Aunque nada importante sucede en torno a mÃ,Â
no es el mundo por eso más pobre en matices,Â
menos justificable, menos definidoÂ
que cuando dependÃa de las grandes migraciones.
El silencio no solo envuelve conspiraciones.
Y el séquito de causas no solo acompaña subidas a tronos.
No solo los aniversarios de las revoluciones caen,Â
también las piedras arrojadas al rÃo.
Intrincado y denso es el bordado de las circunstancias.
El pespunte de la hormiga en la hierba.
La hierba cosida a la tierra.
El diseño de la ola enhebrada a un palito.
AsÃ, por obra del azar, soy y miro.
Una mariposa blanca aletea en el aireÂ
con alas que solo a ella pertenecen,
y una sombra sobrevuela mi mano,Â
la suya, no otra, no de cualquiera.
Ante hechos semejantes me abandona la certeza
de que lo importante
es más importante que lo que no importa.
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