MATERNIDAD
Hijo con sólo un
Padre
Cada vez es más común ver
como muchos niños son criados por sólo uno de sus progenitores, ya sea el
padre o la madre.
Independientemente
de si los padres se separaron, o si alguno sufrió un accidente o simplemente no
quiso asumir su responsabilidad, el caso es que estos niños no son criados en
el seno de una familia tradicional.
Si bien es cierto que
el papel de estos padres solos puede ser complicada o exigente, no quiere decir
necesariamente que sea una tragedia o que el niño va a crecer "mal".
Es innegable que si
ambos padres están, pues el niño se sentirá más apoyado y no sentirá
ausencia, culpa, angustia ni tampoco se verá afectado su desarrollo, al menos
no por este motivo. Pero, lo que hay que tener claro es que los niños necesitan
amor, autoridad y guÃa, asà como un soporte emocional, y para esto a veces un
padre es más que suficiente.
Cuando estas personas
que crÃan a sus hijos por sà solos se refieren a que están haciendo de mamá
y papá a la vez, es
una sensación que esta persona tiene, pues claramente los
roles del padre y la madre son diferentes, sin embargo es mejor no pretender
sustituir a la persona faltante, sino ayudar al niño a comprender que puede ser
feliz y que no es culpa de él que esta persona no esté.
Se trata al fin y al
cabo de enseñar al niño a sobrellevar la falta de uno de sus progenitores, sin
que esto implique una tragedia en su vida, o un trauma inmanejable.
El niño debe
comprender que su familia es la mejor que tiene, aún cuando sea más pequeña
que otras y que no debe sentir lástima de sà mismo. Por otro lado, el
progenitor solitario debe ser consciente de su condición y no caer en excesos de
protección o intervención en la vida de su hijo, ni tampoco querer que este
hijo se dedique a él por el resto de su vida. Tampoco debe un padre solitario
sentirse culpable o vÃctima de una situación inmanejable, porque ahà sÃ
harÃa daño a su hijo, pues le transmitirÃa todos sus sentimientos de
inseguridad.
Si se tienen claras
las posiciones, el criar a un hijo sin la ayuda de una pareja, puede no sólo no
ser un problema, sino incluso llegar a ser muy gratificante; es cuestión de
mucha tranquilidad.
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