MODA:
Artículo
Ese Romántico
Terciopelo
El romanticismo, ese
subjetivismo, la libertad y la pasión, los ideales que en el siglo XIX
alimentaron el arte y todas las producciones culturales, se está filtrando de
nuevo en los primeros años del futurista nuevo milenio.
Y en la moda,
este romanticismo está hoy representado por una de las telas más suntuosas y
sensuales que hay: el terciopelo.
Hoy en día el
terciopelo ha dejado de ser esa tela que solo para vestidos de noche se
utilizaba, sino que ha permeado las blusitas que se usan a diario, y el efecto
ha sido impredecible, pues cada vez más se apuesta por esta tela que recuerda a
la Dama de las Camelias y a Violeta enferma de tisis, muriendo en los brazos de
su amado en la ópera La traviatta.
Los diseñadores de la alta costura
también sucumbieron al encanto de esta delicada tela y sus creaciones de esta
última temporada, inspiradas en gran parte en
los sombríos colores de la Rusia, retoman la languidez y la elegancia propias
del terciopelo y lo complementan con el raso y la muselina.
Lo más llamativo del
terciopelo es que debido a su constitución de tejido, en el que finos hilos
están tejidos de forma ligeramente inclinada, le permite producir diferentes
texturas que van desde la suavidad más absoluta hasta la intensidad de un
brillo estelar que contrasta de forma única con la piel, y combina calidad,
elegancia, delicadeza.
Los matices de el terciopelo lo hacen
una de las telas más versátiles con las que cuenta la industria de la moda, y
por ello permite que se le utilice tanto en estilos totalmente casuales e
incluso "sport", como en prendas formales diseñadas para las ocasiones más
especiales.
Así, hoy vemos como
provocadores pantalones, faldas con delicada caída que abrazan el cuerpo,
selectas zapatillas de fantasía, finos bolsos, abrigos y vestidos perfectos se
sirven de la maravillosa adapatbilidad de esa tela tan especial con tintes
románticos e incluso góticos.
Incluso, la moda para
hombres se ha fijado en el terciopelo, y así lo vemos utilizado con mucha
austeridad en lugar de los smokings que resultan a veces demasiado
rígidos.
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