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Algodón y Seda

La naturaleza se ha preocupado por proporcionarnos todo lo necesario para vivir, comida vivienda y hasta ropa.

Muchos de los diseños más delicados y finos son elaborados con materiales que simplemente hay que cosechar como la seda y el algodón. Tenemos en todo el mundo, campos enteros adornados con suaves motas blancas que luego se convierten en telas de la más alta calidad y que difícilmente tengan efectos negativos  como las alergias que otros tejidos provocan.

De igual forma, hay pequeñas criaturas a las que les debemos las pequeñas y finas heras que luego se convierten en la elegante y fresca seda, tan vestidora, tan cómoda y tan natural.

Sin embargo, por ser naturales requieren cuidados particulares que es importante conocer para que tus prendas luzcan siempre lo menos desgastadas posibles.

El algodón natural blanco puede ser teñido para que a ropa tenga cualquier tono deseado. Estas prendas normalmente dicen indican que son 100% algodón, y según el tono así deben ser los cuidados que se le otorguen.

Cuando la tela se mantiene natural y su tono es el color blanco marfil que el algodón tiene en la propia planta, después de varias lavadas se oscurece, por lo que si quieres que retorne a su apariencia original puedes mantenerla en remojo en un recipiente con infusión de té en agua fría.

En caso de que la pieza de algodón sea negra, lo más común que sucede es que pierde brillo y se vuelve opaca, lo más recomendable es lavarla con una mezcla de agua y cerveza para aclararla y que regrese a su intensidad original.

Para proteger las prendas de color de algodón de que se destiñan, puedes introducirlas en agua con una considerable cantidad de vinagre antes de la primera lavada, y así conservarán su verdadera tonalidad por mucho más tiempo.

Ahora bien, por su parte, la seda es una de las telas que requiere más cuidados, y hay que estar pendiente de ella para que nunca pierda su belleza natural a la que le debe el lugar que ocupa en el mundo de la moda.

Para cualquier pieza que haya utilizado seda, se aconseja que se lave siempre a mano con agua templada, o incluso acercándose al agua fría. Debe dejarse en remojo durante varias horas. 

Para aclararla, se le agregan unas cuantas gotitas de vinagre al agua. El detergente debe ser neutro, y a la hora de restregar no debe frotarse con fuerza para evitar que se estire o se rompa, porque las hebras se separan. Por esta misma razón, no deben retorcerse, y en caso de que quieras eliminar el exceso de agua, puedes extenderlas sobre una toalla y enrollarlas con un gran cuidado. Seguidamente, hay que extenderlas y dejarlas secar al aire libre.

A la hora de planchar este tipo de ropa, es necesario que coloques un pañuelo o un trozo de tela sobre ellas para que el calor no las estropeé, y la plancha debe graduarse a una temperatura media.

A la seda blanca también le puede suceder lo que al algodón de color natural y oscurecerse o tornarse amarillenta, entonces debes ponerla en remojo con una pequeña cantidad de agua oxigenada, y luego sigue el procedimiento de aclaración que describimos anteriormente.



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