Como una sola Flor
Deseperada
Juana de Ibarbourou, Uruguay
Lo quiero con la sangre,
con el hueso,
con el ojo que mira y el aliento,
con la frente que inclina el pensamiento,
con este corazón caliente y preso,
y con el sueño
fatalmente obseso
de este amor que me copa el sentimiento,
desde la breve risa hasta el lamento,
desde la herida bruja hasta su beso.
Mi vida es de tu vida
tributaria,
ya te parezca tumulto, o solitaria,
como una sola flor desesperada.
Depende de él como del
leño duro
la orquÃdea, o cual la hiedra sobre el muro,
que solo en él respira levantada.
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