SALUD:
ArtÃculo
El Mal Aliento
II Parte
Asimismo, los
problemas digestivos asà como el tipo de alimentación pueden ser causantes del
mal aliento. La cebolla cruda, el ajo, las bebidas alcohólicas, las salsas
grasas y demás alimentos con olor fuerte son claros ejemplos de ello. No a todo
el mundo le ocurre, pero a quien sà le sucede deberÃa tratar de evitarlos para
asà no sufrir de este molesto contratiempo.
Otra forma de atacar
el problema cuando es producto de la alimentación, puede ser ingerir un poco de
bicarbonato, o de sal de frutas para acelerar la digestión, y que el mal olor
de la comida se termine de procesar. Está de más decir que el lavado de los
dientes después de comer es fundamental en este caso.
Por otra parte, la
acidez estomacal también puede generar un mal olor en el aliento. En este caso,
se recomienda no comer alimentos que causen acidez, y tener el tratamiento
requerido con un antiácido para que asÃ, al eliminar la causa se elimine el
problema, y se tenga un aliento fresco.
Por último, el
estrés puede ser otra de los detonantes del mal aliento, debido a que por lo
general un alto nivel de estrés provoca trastornos gástricos, los que a su vez
son motivos para la aparición del mal aliento.
Para evitar este
desagradable problema, recuerda que debes mantener un estricto y constante
hábito de higiene -que implica lavarte los dientes al menos después de cada
comida y durante cinco minutos, usar hilo dental y enjuague bucal-, visitar a tu
dentista regularmente, alimentarte bien sin comer los alimentos que te hagan
daño, no fumar ni beber y relajarte.
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