MATERNIDAD
Primeros Paseos por el
Mundo
El bebé debe ser
estimulado desde el principio para que se mueva y asà desarrolle sus
capacidades, pues el niño estimulado estará mejor preparado para la vida tanto
cognocitiva como fÃsicamente.
La estimulación del bebé
debe incluir antes que nada grandes demostraciones de cariño, mucho contacto
fÃsico con la madre y el padre, y si tiene con los hermanos. Se ha comprobado
cientÃficamente que el cariño es un verdadero detonante del desarrollo y del
crecimiento.
Pero además de eso tan
fundamental, se recomienda que se impulse al niño a sentarse, a gatear
(arrastrarse), a partir de sus seis meses.
El bebé conforme logra
sentarse por sà mismo y moverse adquiere control de su cuerpo, y además una
perspectiva diferente del mundo, pues antes todo lo observaba desde su cunita y
en una posición totalmente horizontal.
Por otro lado, las
destrezas motoras (movimientos) y este cambio de perspectiva colaboran con el
desarrollo del cerebro y de sus funciones. Cualquier destreza que el niño
adquiera es en realidad el inicio de otra destreza.
Cuando el bebé se logra
sentar sólito y sin apoyo en su espalda, se sentirá más dueño de sà mismo y
será capaz de manipular mucho más objetos, lo que facilita su desarrollo
motriz, y asà podrá caminar y moverse con mayor seguridad tiempo después.
Ahora, cuando el bebé
comienza a arrastrarse y luego a gatear obtendrá aún más ventajas, como la
coordinación entre las cuatro extremidades y aumentan sus experiencias
cognitivas como el concepto de espacio y de equilibrio.
Otro de los beneficios de
gatear es -según estudios cientÃficos- es que se produce una relación entre
los dos hemisferios cerebrales y su oxigenación correcta. De esta manera, se
preparan la vista y las manos para que más adelante el niño pueda a prender a
leer y a escribir, ya que el gateo favorece de forma sorprendente el desarrollo
de la motora fina.
De igual forma, con el
gateo el niño se prepara para caminar y tal actividad le resultará más
fácil, pues emprenderá la aventura con mayor seguridad y serán menos torpes.
Debido a estos
descubrimientos, es que hoy en dÃa los especialistas y los pediatras insisten
en que el niño no se salte esta etapa, y que sus padres lo inciten a vivirla
plenamente en las condiciones de higiene apropiadas y con los cuidados
necesarios para que no se eche en la boca objetos que resulten peligrosos.
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