IV
Alcira Cardona Torrico, Bolivia
Mi presencia es una
vieja cantiga de multitudes,
prieta de nombres, aburrida de formas,
con gusto a fino ajado y melodramas,
suele salir corriendo por las calles
y quedarse a dormir junto a las sombras.
Lúcida cuando el
ruido tonante de las partes
se encoge de hombros y se va caminando
por las plazas.
Tono de bruces, nunca
tuvo canto
ni escolta rota acorde puro.
El himno fue tizón
en la batalla,
si no arde el hombre, la existencia calla.
Tal es el sinsabor de
rostros sepultados
en el aliento párvulo
que andando sin andar va por la tierra
con un cabo de vela en una mano
y el ojo transitivo en la derecha.
|