EN PAREJA:
Tantra
El Masaje
del Lingam
La palabra sánscrita para denominar el órgano sexual masculino
es Lingam, y le da una connotación muy respetuosa, ya que
significa Báculo de Luz que canaliza la energÃa y el placer.
El
masaje del Lingam tiene como propósito relajar al hombre y
llevarlo al contacto con su lado más sensible. La relación
de la pareja se vuelve más respetuosa, y además los papeles
tradicionales de los sexos se ven intercambiados lo cual es
muy sano para la apertura de la mente.
El masaje del Lingam fortalece los vÃnculos de intimidad
que existen en la pareja, y además sana algún trauma, experiencia
o condicionamiento negativo que haya existido hacia el sexo.
Por eso, el orgasmo y la eyaculación no son el objetivo primordial
de este masaje, sino la exploración de una nueva forma de
placer que no esté condicionada por factores tradicionales
como alcanzar precisamente ese momento cumbre o climax.
Para realizar este masaje es importante prepararse tanto espirtual
como fÃsicamente. Se recomienda que la pareja se de un buen
baño relajante. Luego, hay que respirar profundamente y vaciar
el estómago, pues la experiencia sexual es más placentera
si se está totalmente vacÃo.
Para que la pareja se conecte, es una buena idea -al igual
que con el masaje del Yoni- acercarse y acariciarse tiernamente,
abrazarse y verse a los ojos, con la idea de derribar las
fornteras o murallas que estén separando a la pareja.
Luego, el hombre debe recostarse sobre su espalda, encima
de almohadones que le levanten el torso y la cabeza. Sus piernas
deben estar cómodamente separadas con las rodillas un poco
dobladas, y los genitales totalmente expuestos para que el
masaje sea totalmente efectivo.
Tomar un poco de lubricante sexual y esparcirlo tanto por
el lingam como por los testÃculos. Con mucha delicadeza, la
mujer debe iniciar el masaje en los testÃculos y en el escreoto,
provocando que toda el área se relaje. Luego, se acaricia
suavemente el hueso púbico o pélvico y el perineo. Cuando
se llegue a esta zona hay que ser especialmente cuidadosa,
pues el perineo (que se encuentra entre los testÃculos y el
ano) es una zona que casi ningún hombre heterosexual ha permitido
que le toquen.
Posteriormente, se procede a acariciar el cuerpo o asta del
Lingam, variando la presión y la velocidad, para que el estÃmulo
varÃe de intensidad y resulte más placentero. Hay que recordar
que el hombre estará asumiendo una posición pasiva que no
necesariamente le es familiar, por lo que no hay que permitirle
moverse. Hay que verlo a los ojos, recordarle que respire
profundamente y pedirle que se deje satisfacer con palabras
dulces.
II parte: Conoce como
se concluye el masaje del Lingam.
Más Tantra
Kama Sutra
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