XXIII
Jaime Sabines, México
Padre mÃo, señor mÃo, hermano mÃo,
amigo de mi alma, tierno y fuerte,
saca tu cuerpo viejo, viejo mÃo,
saca tu cuerpo de la muerte.
Saca tu corazón igual que un rÃo,
tu frente limpia en que aprendà a quererte,
tu brazo como un árbol en el frÃo,
saca todo tu cuerpo de la muerte.
Amo tus canas, tu mentón austero,
tu boca firme, tu mirada abierta,
tu pecho vasto y sólido y certero.
Estoy llamando, tirándote la puerta.
Parece que yo soy el que me muero:
¡padre mÃo, despierta!
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