MATERNIDAD
La Aventura de
Aprender a Hablar
Cuando el niño empieza a
hablar es importante que los adultos que lo rodean sepan qué hacer para
estimular y qué no se debe hacer para obstaculizar esta parte fundamental
del proceso intelectual.
La imitación es una de
las formas por las cuales el niño inicia su aprendizaje en el campo del habla.
En un primer momento, el niño retiene y repite todo lo que escucha, aún cuando
no tiene verdadera conciencia de lo que está diciendo.
Además, empieza a
utilizar la analogÃa y la generalización. La primera es cuando por
comparación se le otorgan a un vocablo las mismas reglas de otro. Por ejemplo,
el niño dice 'rompido' porque lo confunde con 'comido'. La segunda es cuando
se supone que todas las palabras de una misma clase se comportan de la misma
manera.
Estos procesos
generalmente ocurren en el primer año de vida, aunque es posible que un infante
se adelante o se atrase, lo cual no implica ni que sea un genio ni que tenga
problemas de comunicación o mentales.
En el segundo año de
vida, el niño comienza en el proceso de formar pequeñas frases, en su mayorÃa
relacionadas con la familia como 'mami linda', y casi inmediatamente harán
oraciones pequeñas como 'ese es mi papá'. Es en este momento que aparecen los
primeros sufijos, ósea que dicen palabras derivadas como bebiendo o gatito;
también usan preposiciones y artÃculos, y van poco a poco agregando
pretéritos perfectos como fue.
A la edad de tres y cuatro
años, los avances serán enormes. Las oraciones se alargarán conforme aprenden
a usar conjunciones tales como 'y', 'ni', 'pero', las que terminarán de
ser asimiladas a los cuatro años. Además amplÃan su vocabulario y precisan
cada vez más en las caracterÃsticas de las cosas.
Es a esta edad que el
niño aprende a dialogar más, y deja de realizar largos monólogos que sólo
él comprendÃa. Por eso, ahora prestan mayor atención a lo que se les dice, y
ya han asimilado el hecho de que hablar sirve para comunicar pensamientos y
sensaciones.
Después de los cinco
años, el niño ya domina las bases del lenguaje y lo que falta por hacer es
ampliar su vocabulario, y llegar a manejar los tiempos futuros que son los de
las conjeturas, las hipótesis y la imaginación.
Como padres lo que debemos
hacer para estimularlos es comenzar a hablarles desde que nacen, e incluso desde
que se encuentran en el vientre materno. El arrullarlos, dormirlos con
canciones, enseñarles rimas, y leerles cuentos son todas formas que colaboran
mucho en el proceso de enseñarles a hablar, asà como las adivinanzas, los
juegos verbales, y los trabalenguas.
Es importante tomar en
cuenta que el niño no entiende igual que el adulto la información que se le
da. Cuando se le cuenta un cuento, no es el cuento en sà lo que lo atrapa sino
las formas lingüÃsticas que pueda predecir. De ahà que les encanta que les
cuenten la misma historia muchas veces. La idea es poder adueñarse de las
formas que escuchan y poderlas aplicar más tarde.
Los padres debemos
participar con el niño dentro de su mundo, por lo que si él habla con su
muñeca o su osito, nosotros debemos incluir al juguete en la conversación. Por
otro lado, es igual de importante incluir al niño en el mundo adulto, por lo
que no hay problema que los padres hablen entre sÃ, siempre y cuando lo hagan
con formas simples que él entienda para que no se sienta aislado.
Ahora, asà como hay
formas de ayudar al niño en este hermoso proceso, hay formas que más bien lo
entorpecen, y aunque creamos que le estamos facilitando las cosas, realmente
podrÃamos estar complicando todo. Por ejemplo, hoy en dÃa no se recomienda
hablarle al niño en jerga infantilizada, como 'guauguau' para decir 'perro'.
Tampoco debemos
enseñarles palabras muy abstractas que estén más allá de su comprensión
antes de tiempo, pues sólo conseguirÃamos confundirlos. El niño aprenderá
todo a su tiempo y no debemos forzarlo a que avance.
En caso de que el niño se
equivoque o se trabe, los padres no debemos reÃrnos y mucho menos burlarnos,
pues el resultado será un niño acomplejado que estará frustrado, y que como
adulto no llegue a expresarse bien. Si los padres se dedican a dar un ejemplo
claro de pronunciación y de sintaxis, estarán haciendo lo más que pueden y lo
que deben.
Otro elemento fundamental,
y que además tiene que ver con la autoestima del niño, es que siempre que el
niño haga una pregunta o un comentario se le ponga la atención debida, se le
responda y se converse con él. Asà el niño irá aprendiendo poco a poco las
formas lingüÃsticas que necesita, y a la vez se sentirá muy querido, por lo
que tendrá posibilidades de tener buena estabilidad emocional.
Si como padres siguen
estas recomendaciones, le dan amor al niño y sacan el tiempo para conversar con
él, muy pronto él habrá alcanzado el máximo de desarrollo lingüÃstico que
necesita. AsÃ, se le habrá abierto todo un universo, pues al fin y al cabo es
a través de las palabras que todos logramos conocer el mundo que nos rodea.
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