Feng
Shui se ha traducido de múltiples maneras, siendo la más común la que lo
identifica como medio ambiente. Los chinos lo utilizan de manera más
particular, indicándolo como corrientes de energÃa que se concretan en mala
suerte o buena suerte. Literalmente los caracteres del Feng Shui
significan viento y agua, lo que apunta a los orÃgenes de esta disciplina. Desde
hace mucho tiempo, los chinos han creÃdo que cualquier interferencia con
el terreno pueden originar calamidades extraordinarias, pues cualquier
construcción o transformación que haga el hombre tendrá sus inevitables
consecuencias en el mundo que lo rodea y por lo tanto en su vida,
directamente. Aunque
en sus orÃgenes el Feng Shui se remonta a preceptos muy antiguos
establecidos en el Li Shu (libro de los ritos chinos), donde la búsqueda
era guardar el equilibrio de la naturaleza, hoy en dÃa es una amalgama de
razonamientos lógicos, tradiciones orales, simbolismo, estructuras basadas
en los puntos cardinales, un poco de superstición, y una compleja
disciplina.
En
el siglo IX d. C., el sabio Yang Yun-sung compiló el primer manual del Feng
Shui, que sirvió para conformar la Escuela Primitiva. Un siglo más tarde compilaron otra guÃa adecuada al Norte, basada en
los puntos cardinales y no en las formaciones montañosas de las cuales
carecÃan, esta otra escuela se conoce como la del Compás. Hoy
en dÃa, estos dos sistemas se combinan con la idea de tener una mayor
exactitud.
Junto
a las escuelas mayores de Feng Shui (la Primitiva y la del Compás) surgió la
que se denomina Tercera Escuela de Feng Shui, la cual está conformada más que
todo por observaciones de sentido común, cierto folclor y alguna imaginación.
Se diferencia de las otras en que es más popular y no tiene en sus fundamentos
ninguna pretensión cientÃfica ni rigurosidad alguna de método. Sin embargo,
esta escuela es una de las más difundidas en el mundo y es tal vez la que tiene
mayor acogida.
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