EN
PAREJA: ArtÃculo
Compañero, no
Gemelo
Todos somos
diferentes y tenemos muy diversas formas de actuar, pensar y ver la vida. Las
muchas particularidades que cada sujeto posee, es lo que lo hace especial y
único.
Si se parte de esa
premisa, entonces es lógico pensar que para que una relación
funcione se
necesita mucho respeto por las opiniones de los demás y a la vez saber lidiar
con la diferencia. Sin embargo, debido a la educación que todos recibimos,
nadie está preparado para manejar la diversidad y no sabe cómo conllevar las
singularidades de carácter, personalidad, opinión y pensamiento que existen en
una relación.
Es común la idea de
que para que una pareja funcione deberÃa ser igual en todos los aspectos, sin
embargo no hay nada más lejano de la verdad. La diferencia nos enriquece y hace
que la relación sea más emocionante.
Por eso, para que la
pareja sea verdaderamente funcional, deberá existir entre las partes un acuerdo
de respeto, de tolerancia, de permitir e incluso fomentar esas particularidades.
Es gracias a éstas, en primer término que el otro nos atrajo, por lo que no hay
razón para que ahora nos moleste.
El compañero es otra
persona, con sus propias necesidades y deseos, con su propia historia y sus
propias esperanzas, con sus limitaciones y problemas, de la misma manera que
nosotros. Podemos crecer junto a esa persona, estar junto a él y compartirlo
todo, sin que sea imperativo ser semejantes en todo y partiendo de que somos
diferentes.
Claro que para salir
avante, habrá que recurrir al verdadero respeto, sin querer imponer nuestras
ideas siempre, también habrá que practicar una comunicación sana y
constructiva, en la que se expongan los diversos puntos de vista, y además
saber ceder.
La comunicación
juega un papel fundamental, en la aceptación de las divergencias, ya que asÃ
como somos diferentes con respecto a nuestro compañero, también lo somos con
respecto a nosotros mismos. Todas las personas cambian, y es muy posible que ese
cambio haya ampliado las diferencias con nuestra pareja. Él también habrá
cambiado.
Es en estas
circunstancias que la comunicación se hace indispensable, pues es la única
manera de informar al otro sobre nuestros cambios, asà como de que nosotros
nos enteremos del cambio en nuestra pareja, para que asà siempre sea
nuestro Ãntimo compañero y no se convierta en un extraño.
La evolución es
parte de la vida, y nada es totalmente constante, por lo que para nuestra
tranquilidad y buena calidad de vida es importante que seamos personas capaces
de acoplarnos al cambio que opera tanto en nosotros como en nuestra pareja.
Si se mantienen los
sentimientos que han hecho posible la relación, no hay por qué temerle a las
alteraciones y pequeñas metamorfosis que cada uno de nosotros sufra a través
de la vida; al contrario si basamos el vÃnculo con esa persona sólo en
factores fundamentales y vamos conociendo con el transcurrir de los años las
permutaciones y novedades que nos ofrecerá, la
relación se tornará más
fuerte y no podrá disolverse como humo en el aire.
Asà las cosas, no
pidas lo imposible y no esperes que tu pareja sea
igual a ti o igual a como
cuando lo conociste, aprende a ser capaz de adaptarte a las nuevas
circunstancias, aprende a ceder, y lo más importante aprende a
comunicarte. La
diferencia es lo que nos hace seres irrepetibles y es lo que evita el
aburrimiento, por lo tanto mejor vivamos con ella y aceptémosla como parte
integral de nuestra condición humana.
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