FAMILIA:
Maternidad y Más
Mami, ¿existe Santa
Claus?
Todos hemos sido niños, y
recordamos cuando creÃamos que existÃa Santa Claus,
Colacho o el Niño.
También es posible que nuestra memoria guarde no sin cierto dejo de dolor, el
momento en que nos enteramos de que todo era sólo una linda fantasÃa.
Ahora, nuestros hijos
pasarán por lo mismo en algún momento y tal vez te preguntes como manejarlo
para evitarle la mayor cantidad de desilusión posible.
Los niños son crueles y
no se les ocurre respetar las creencias de los demás por lo que, en el momento
en que alguno descubre que Santa Claus no es más que una invensión, se lo
comunicará a todos sus amigos, compañeros, primitos y demás y no le
importará a quien le duela.
Otra situación que puede
darse es que tu hijo sea muy suspicaz y averigüe que los que le traen los
regalos son sus papás, y que tal señor gordo vestido de rojo y de largas
barbas no existe. Puede ser que lo deduzca o que incluso descubra donde guardan
los regalos, o que los vea colocando todo en el árbol.
En cualquiera de los dos
casos, te diremos que no debes olvidar que la existencia de Santa, como
cualquier creencia depende únicamente de la fe. Es probable, en especial si tu
niño es de corta edad, que aunque la evidencia le muestre una realidad
desencantada, su mente esté preparada para seguir creyendo.
Si esta es la
circunstancia de tu hijo, entonces podrás explicarle sutilmente que Santa
existe si se tiene fe en él, y cuando te pregunte qué es la fe, se le responde
que es creer en la existencia de algo u alguien aunque no se conozca o se tengan
verdaderas pruebas de su existencia.
Luego, cuando te diga que
sus compañeritos ya no creen y que aseguran que todo es mentira, tú le dirás
que hay niños privilegiados que pueden creer en Santa y otros que dejan de
creer, pero que eso no significa que no exista.
De esta manera, lograrás
tal vez que tu hijo guarde todavÃa un poco de inocencia y pueda creer en Santa
y en renos voladores por algún tiempo.
Por otro lado, si tu hijo
ya está más grande o resulta ser muy realista, no te quedará de otra que
contarle toda la verdad. Eso sÃ, trata de explicarle que no fue una mentira
deliberada, sino que tener la posibilidad de creer en Santa es parte de la magia
que significa ser niño, pero que como ahora él es ya más grande, ya no
necesita de esa magia, pues crecer implica más conocimiento.
De esta forma, aunque es
inevitable que le duela un poco, lo tomará con más calma y se sentirá
apreciado debido a que ya ha entrado en otro ciclo, donde está dejando su
infancia.
Como recomendación, y
para que tu hijo entienda más su responsabilidad ahora que es más grande,
explÃcale que no serÃa agradable que le cuente la verdad a todos sus
amiguitos, pues habrá algunos que todavÃa crean.
Enséñale que la fe de
los demás siempre debe ser respetada, sin importar si es verdad o mentira o si
ellos la comparten o no. Asà de paso le estarás enseñando el valor de la
tolerancia, y el respeto por la diferencia, elementos fundamentales para que el
desenvolvimiento social de nuestros hijos sea el más óptimo.
Más
artÃculos
|