FAMILIA:
Maternidad y Más
Buenos Padres
En nuestra vida, muchas
veces quisiéramos tener un manual para garantizarnos que todo lo que hacemos
está bien hecho y que es lo correcto. Sin embargo, estamos sujetos a cometer
errores, como seres humanos que somos.
Ahora bien, dentro del
margen de error, podemos encontrar varias caracterÃsticas generales que nos
posibilitan realizar la labor de padres de la mejor manera posible, sin
contraponerse a la creatividad y capacidad que se tenga para afrontar diversas situaciones que
nuestros hijos presentarán.
La comunicación es siempre
la base en cualquier buena relación. Sin embargo, para ser eficaz debe ser
bilateral, por lo que como padres deberÃamos tratar siempre de escuchar a
nuestro hijo, y no simplemente oÃrlo e imponerle nuestra voluntad.
Por otra parte, un buen
padre sabe que su hijo no es perfecto como tampoco lo es él, por lo que asÃ
como se perdonará asà mismo los errores, debe perdonar los de sus niños, pero
además debe permitir que su hijo cometa tales errores, pues no hay mejor
aprendizaje que el que se recibe en cabeza propia.
De igual manera, es
importante que como progenitor se admitan los errores ante los hijos. Esto no
nos desautoriza, sólo evidencia nuestra condición humana. Nuestros hijos no
deben respetarnos por ser perfectos (puesto que no los somos) sino por ser
consecuentes, responsables y auténticos.
La habilidad de saber decir
que no cuando amerita y no complacerlo en todo, es fundamental pues los niños a
quienes se complace siempre se vuelven caprichosos y pierden el respeto por los
padres. Eso sÃ, hay que evitar negarse sólo por capricho, pues esto también
evita una buena relación. No se trata de ser un tirano. Cuando
se dice que no, se causa en el niño una gran frustración por lo que hay que
estar preparado para lidiar con ella y con la inevitable tristeza.
En cualquier relación es
importante compartir las experiencias. Cuando se comparte con los hijos nuestros
triunfos, pero también nuestras dificultades y fracasos, se permite que ellos
entiendan que la vida del adulto es bastante complicada, que conlleva muchas
responsabilidades y adversidades, y de esa manera nos comprenderán mejor.
Asimismo, un buen padre no
mezcla sus preocupaciones laborales o matrimoniales con su labor paternal, y asÃ
le evita a sus descendientes la tensión de lidiar con problemas ajenos y de ver
tambalearse a su padre. También es capaz de dedicar suficiente tiempo a sus
hijos, pues la vida familiar es importante para todos, y de esa manera se habrá
creado una cohesión que tendrá sus frutos en el futuro.
Un buen padre sabe ser cariñoso
con autoridad. Esta es la única manera para que los hijos nos sigan respetando en
cualquier circunstancia y a través de los años. Cuando ellos entran en la
pubertad, es común que se vuelvan rebeldes y es aquà donde se demostrará la
clase de educación que les hemos dado. Por eso hay que prepararse para
cuestionamientos de todo tipo y saber mantener nuestras posiciones firmes. No
hay nada más contraproducente que poner un castigo y después arrepentirse.
Ser padre es tal vez la
labor más complicada que debe realizar el ser humano, pero también puede ser
muy gratificante, sólo es cuestión de intentar ser el mejor del mundo (como en
cualquier otra actividad), admitir los errores, saber enfrentarse a nuevas
situaciones, pero sobre todo ser consecuente. El ejemplo es el mejor maestro.
Más
artÃculos
|