FAMILIA:
Maternidad y Más
Los Zapatos
Precaminadores
Cuando el bebé empieza a
caminar es importante escoger el zapato más adecuado para que lo ayude a dar
esos primeros pasos.
El zapato precaminador
debe utilizarse desde que el niño comienza a estar de pie, es decir antes de que
empiece a caminar propiamente y hasta aproximadamente los dos años de edad. El
objetivo de estos zapatos es proteger el pie y a la vez, dar estabilidad
suficiente para que la marcha sea la más adecuada.
Con respecto a este tema,
los padres deben saber que antes de que el niño camine, el uso de los zapatos
no tiene sentido, y de hecho es mejor dejar que el pie se desarrolle libremente.
Por otra parte, cuando empiece a caminar es recomendable una vigilancia
constante, pues el infante se caerá con mucha frecuencia.
También, es
importante tomar en cuenta que lo más común es que un niño aprenda a caminar
al año aproximadamente, a veces dos meses antes o dos meses después; si su
hijo alcanza el año y medio de edad y no ha intentado caminar, es conveniente
recurrir a un médico para detectar cualquier problema.
Los expertos no recomiendan
los zapatitos tejidos tan usados para los bebés, pues pueden
ser peligrosos ya que existe la posibilidad de que se formen anillos de lana en
torno a los deditos y después haya que recurrir a la amputación.
Tampoco es conveniente que
se utilice el caminador, pues impide que el niño desarrolle sus propios
reflejos y además puede provocar deformación en el esqueleto y en los pies.
Los zapatos tenis o de lona no son los más aptos para cuando el niño está aprendiendo a caminar,
dado que la protección que ofrecen no es suficiente, y generan problemas de
humedad que pueden causar hongos y otros problemas en la piel.
Una vez que se han
considerado todos estos aspectos, sólo queda por saber cómo debe ser el zapato
precaminador para el desarrollo óptimo del bebé.
A la hora de escoger este
calzado tan especial, hay que poner atención en que sea de un cuero resistente,
pero que también sea flexible, que tenga un buen contrafuerte (parte de la
suela que se extiende hasta el tobillo por la parte de atrás), que la suela no
sea de cuero porque resbala, y que el estilo sea de media bota para que le
ajuste bien en el tobillo.
Con respecto a la forma es
importante que estos zapatitos no sean puntiagudos, ni que le queden apretados,
de hecho es recomendable que se usen un centÃmetro más grandes que el pie del
niño. Tampoco deben salirse del pie, para que no se sienta todavÃa más
inseguro. De igual manera, no deben ser muy pesados, ni tampoco muy suaves, pues
la estabilidad se verÃa afectada. Por último, las plantillas no deben
utilizarse en esta etapa de desarrollo.
El uso del zapato caminador
garantiza un desarrollo sano de la marcha, por lo que es fundamental dedicar
especial cuidado a su escogencia; de eso depende que los pasitos de nuestros
hijos sean más seguros y que asà puedan llegar muy lejos.
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