SALUD:
ArtÃculo
Estrés
y Salud/Enfermedad
Por Licda. Ana Victoria Abdelnour Granados, Psicóloga
Los factores
psicológicos, cognitivos, emocionales y motivacionales, propios de cada persona
de acuerdo a su historia de vida personal y al ambiente sociocultural en que se
ha desarrollado, influyen de manera decisiva tanto en el proceso de enfermarse
como en la prevención de la enfermedad y el mantenimiento de la salud.
Las variables psicológicas inciden siempre, en alguna medida, directa o
indirectamente, positiva o negativamente, en todos los trastornos y
enfermedades, y no únicamente en los llamados psicosomáticos, por ejemplo la
hipertensión, el dolor crónico, la gripe, las alergias, el cáncer, el asma,
etc.
El estrés es un estado de sobreesfuerzo
(generalmente psÃquico) del organismo.
La salud no debe ser entendida únicamente como ausencia de enfermedad,
sino como algo positivo en sà mismo, un estado de bienestar fÃsico, psÃquico
y social. Debe promocionarse mediante
conductas adecuadas.
Los individuos muy negativos y pesimistas tienden a desarrollar más sÃntomas
somáticos y más enfermedades que los que no lo son o lo son en grado bajo.
Actualmente existe una tendencia cada vez mayor entre los especialistas
de la salud de considerar TODA enfermedad como psicosomática, es decir,
que todo trastorno orgánico está asociado en mayor o menor grado a factores
psicológicos.
Enfermedades como la gripe, accidentes cerebrovasculares, enfermedades
del corazón, gastritis, obesidad, etc., están determinadas más que por el
efecto de agentes especÃficos, por factores ambientales, sociales y
conductuales (estilo de vida), como por ejemplo la dieta, el ejercicio fÃsico,
los acontecimientos diarios, el hábito de fumar o el ingerir alcohol en exceso.
El estrés y, por lo tanto, los factores psicológicos,
poseen numerosas relaciones con la salud/enfermedad.
Por un lado la enfermedad (en especial la enfermedad crónica) y su
tratamiento médico por sà mismos producen estrés y diversos problemas psicológicos
asociados (trastornos emocionales, intolerancia a los tratamientos).
Por otro lado, el estrés puede
producir efectos directos aumentando la vulnerabilidad del organismo y actuando,
ya sea precipitando la aparición de una enfermedad o agravándola.
Los principales efectos psicológicos con relación a la salud/enfermedad
se establecen a través de mecanismos del estrés, el cuál puede influir sobre
la salud porque modifica el funcionamiento fisiológico general del organismo
(Ej. Frecuencia cardiaca, presión sanguÃnea, respiración, tensión muscular,
etc.), la actividad neuroendocrina y la capacidad inmunológica del organismo.
De manera indirecta el estrés también puede
alterar la salud al estimular comportamientos poco saludables como el
fumar, el abuso de sustancias como el alcohol o drogas, el insomnio o la
anorexia.
Cada dÃa las investigaciones apoyan con más fuerza la afirmación de
que el estrés puede alterar aspectos especÃficos del
funcionamiento del sistema inmunológico humano (principalmente la
inmunidad celular), siendo esta alteración de Ãndole inmunosupresiva.
Entre las variables inmunológicas que se han visto más consistentemente
alteradas por el estrés se encuentran los linfocitos T, los macrófagos, las células
NK (Natural Killers) y las linfocinas (interleucinas e interferón).
Las situaciones estresantes que se han asociado a alteraciones en la
competencia inmunológica son muchas, pero dejando de lado los trabajos
experimentales, suelen predominar aquellas situaciones que implican alguna forma
de estrés psicosocial (situaciones de pérdida, conflicto marital, cambio
laboral como la jubilación, el nacimiento de un hijo, la compra de una casa,
sufrir un accidente grave u otros.
Prevención
de los Efectos del Estrés o Manejo del Estrés
¿Cómo
estimular nuestro sistema inmunológico?
¿Cómo
prevenir que el estrés afecte en demasÃa nuestro equilibrio fÃsico y psÃquico?
Si
una persona padece de dolores de cabeza no se trata de que se tome X medicina
cada vez que le duele, sino de que averigüe por qué le duele la cabeza.
En la medicina tradicional se ataca el sÃntoma más que la causa.
Debemos afrontar nuestras dolencias y enfermedades con un enfoque
holÃstico, donde busquemos las raÃces del problema para manejarlo de la mejor
forma e incluso eliminarlo.
Come sano: ingiere hortalizas,
vegetales, pocas grasas animales, usa aceites vegetales (en especial el de
oliva), cocina con poca grasa, y come pocos alimentos fritos. Durante
el desayuno, almuerzo o cena, trata de comer despacio, de reservar el tiempo
suficiente para comer tranquila, sin presiones ni urgencias.
Pon música instrumental (si comes en tu casa).
Descansa e incluso, si puedes, haz una pequeña siesta después o da un
pequeño paseo.
Duerme en una habitación ventilada. Si
has tenido un dÃa muy tenso relájate primero; no te “obligues†a dormir.
Aprende alguna técnica de relajación o meditación que puedas practicar
diariamente.
Pinta
tu dormitorio, oficina u otro lugar en que necesites tranquilidad, con colores
pasteles como el verde o el celeste, que ayudan a experimentar una sensación de
paz.
Pregúntate
cómo estás confrontando los diversos problemas y dificultades que la vida te
presenta.
Mientras trabajas (en la casa u oficina) pon música relajante.
En el mercado existe una gran variedad de música especial para
meditación y relajación.
Entrégate a una sola actividad, a una sola cosa a la vez.
Dedica algún momento de cada dÃa para tà misma.
Regálate tiempo para practicar algún pasatiempo, alguna actividad
creativa como aprender fotografÃa, hacer manualidades o recibir clases de alta
cocina.
Haz algún tipo de ejercicio aeróbico como caminar o nadar con regularidad.
Cualquier ejercicio que practiques debe ser agradable y no implicar un
sacrificio.
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