EN
PAREJA: Artículo
LA PAREJA DE CARNE Y
HUESO
La idealización del
compañero es uno de los problemas más comunes con los que tiene que lidiar la
mayoría de las parejas.
Por un lado, (y esto
es más común en las mujeres) se piensa que el compañero todo lo puede hacer,
nunca se va a enfermar, nunca va a tener problemas y es casi un dios. Esto
ocurre por un traslado de la admiración que se tenía por el padre
(teóricamente hablando desde el psicoanálisis, el complejo de Edipo) hacia la
pareja. El compañero llena ese vacío que dejó el padre cuando se volvió
mortal. Esto sucede en el momento en que un sujeto se enfrenta a su imagen
paterna, la cuestiona, la desmitifica y la ubica en un puesto más humano, más
realista.
Como ya el
padre no es dios, la pareja pasa a serlo. Pero hay que tener mucho cuidado, el
no ver las debilidades del otro hará que siempre esperes demasiado de él y que
incluso le exijas más de lo que puede dar. Es por eso que hay que tratar de ser
realista y ver los defectos del hombre, no para echárselos en cara, sino para
darle su lugar de humano que se puede equivocar y puede cometer errores igual
que tú.
Otro problema que es
muy generalizado, es el dar por un hecho a la pareja como adivina, que sabe lo
que quieres, lo que piensas, y lo que necesitas, debido a que te conoce
totalmente.
Aunque esto sería
muy hermoso, la realidad es otra. El otro no es un psíquico, no puede adivinar
las cosas, ni puede saber de antemano algo, sin que tú
no se lo digas. El
problema sobreviene a la hora en que se asume que el hombre sabrá siempre todo,
y cuando se descubre que no es así, viene el reclamo y la desilusión. Además
se vuelve un obstáculo para la comunicación, pues tú no sientes la necesidad
de decir lo que sientes, "para qué si él ya lo sabe".
Esto se da debido a
que te has compenetrado tanto con esa persona que pensamos, inconscientemente,
que está dentro de nosotras y creemos que debe entender todos nuestros signos y
nuestros pensamientos tan bien como nosotras.
En este caso,
volvemos a la misma cuestión del realismo: por más que te conozca, por más
que esté pendiente de tí, por más que lo intente, no es mago y no puede hacer
imposibles. Hay que aceptar que él es igual a nosotras, no mejor ni peor. En
caso contrario, los malentendidos serán muchos, y vas a poder disfrutar
realmente de tu compañero.
En una relación de
pareja nunca se debe asumir nada, nunca debe darse nada por sentado, no hay nada
escrito, y todo hay que decirlo, conversarlo. La comunicación es clave en el
proceso de no pedir imposibles, de no pelear por algo que el debió entender, o
que tenía que ser de una u otra forma.
Trata
siempre de comunicarte, de ser realista y de no exigirle demasiado a tu pareja.
De esta manera, la relación será más sincera, más unida y más sólida pues
no se basará en ideales o en imposibles, sino en realidades.
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