MATERNIDAD
Madres Niñas
Hoy, es una realidad
que las adolescentes o las muchachas muy jóvenes se están exponiendo a un
embarazo, que en la mayoría de las veces es no deseado.
Cuando ellas están en la
pubertad y quedan embarazadas, el factor que más las afecta a ellas y a su
bebé es el psicosocial, puesto que debe enfrentar al mismo tiempo dos
conflictos. Por una parte, el ser madre y por otro, los cambios y problemas
propios de su corta edad.
Estas futuras madres
requieren de todo el apoyo que sea posible así como de terapia psicológica que
las ayude a comprender todo lo que les está pasando.
Otra
problemática de ser
mamá adolescente es que se debe lidiar con la posibilidad de demasiadas
complicaciones de la salud. Algunas de éstas son: Aumenta la incidencia de
anemia y de presión arterial alta. La infección puerperal es mucho más
frecuente y el aborto o pérdida del niño se incrementa en un porcentaje
importante.
Además, el parto
prematuro es muy común, al igual que la necesidad de cesárea o de forceps por las desproporciones pélvicas. Los desgarres perineales (en la vagina)
son también un riesgo, no por el tamaño del niño sino por la estructura del
aparato reproductor.
El bebé puede presentar
dificultad respiratoria, bajo peso al nacer por desnutrición de la madre, e
incluso la adolescente se expone a que su hijo tenga malformaciones congénitas,
provocadas por la inmadurez del óvulo.
La sobrecarga emocional a
la que se ve sometida, de un momento a otro la joven embarazada incluye: el
lidiar con la realidad de tener que abandonar estudios o vida profesional
prometedora, vergüenza ante los demás y por lo tanto la pérdida de la
autoestima, y a veces hasta tiene que encarar la
nueva forma de vida a la par de
un hombre al que no necesariamente quiere.
Pero, a pesar de todos
estos riesgos, no todo tiene que salir mal y la madre debe poner de su parte,
para que el proceso se complique lo menos posible. Antes que nada, es importante
que se consiga la mayora cantidad posible de información, pues la falta de ella
crea muchos miedos, que pueden ser infundados.
El control prenatal es
fundamental, pues así el médico sabrá todas las condiciones y estará
preparado para cualquier eventualidad. Es importante mantener la calma y el buen
humor, buscar un día para mimarse y hacer planes con el futuro que se presenta.
Se pueden evitar muchos problemas, si la madre se mantiene estable y no se
preocupa.
Por último, no hay que
olvidar que en esta vida todo tiene solución y que todo depende del
cristal con que se mire. Así que es mejor pensar con optimismo y con valentía.
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