MATERNIDAD
El Juego y los Niños
Muchas veces nos exaspera
que nuestros hijos jueguen tanto y entonces los regañamos y les pedimos que se
estén quietos.
Cuando hacemos esto,
cometemos un error, pues el juego es más que una pérdida de tiempo en la vida
de su hijo, de hecho es algo fundamental.
Cuando un niño juega no
solo se está divirtiendo, sino que está poniendo en práctica habilidades que
ha ido aprendiendo y además está explorando el mundo para desarrollarse.
Mediante el juego, ellos se expresan, viven, aprenden y crecen.
Esta actividad se
convierte en la favorita de los pequeñines porque así liberan emociones, se
conocen, lidian con el presente y con distintas situaciones y promueven su
fantasía. Es gracias a esto, que después un adulto sabe comportarse en
sociedad, tiene energía para su trabajo y en general aprende a ser eficaz en
todas las labores de la vida cotidiana. Así, un niño que no juegue, se verá
limitado en el desarrollo de sus destrezas, en sus procesos de socialización,
en la creatividad y en el lenguaje.
Ahora para que el
avance
del juego sea lo más fructífero posible, los expertos recomiendan que sea
libre de reglas, producto de sus propias iniciativas y creatividad. Esto se debe
a que muchas veces la percepción infantil es totalmente distinta a la de los
adultos, y cuando estos intervienen, explican y limitan, la actividad pierde
sentido para el niño.
Los padres deben siempre
recordar que sus hijos tienen su propio mundo, y aunque sí lo pueden ayudar
nunca deben intervenir directamente, pues le están quitando la autonomía.
Además si dejamos que ellos sean los que definan como se quieren divertir,
estaremos fortaleciendo su autoestima, y su facilidad para resolver diversos
conflictos.
Los juegos al aire libre,
que involucran mucho ejercicio, son excelentes para el desarrollo de la motora
gruesa y para aprender a compartir y a trabajar en
equipo. Los juegos de mesa,
por lo general, estimulan el motor fino, y las habilidades intelectuales de nuestros
niños.
Es así como es muy
importante posibilitarle a nuestros hijos el juego tanto intelectual como
físico, pues ambos son necesarios para su óptimo crecimiento. Cuando son
bebés, y apenas han descubierto sus manos, los juguetes deben ser de muchos
colores y con diversas texturas para el estímulo de los sentidos. Después,
debes tratar de facilitarle al niño, juguetes de diversas clases, para que su
desarrollo sea complementario.
A través del juego el
niño forja su personalidad. Por eso, no lo limites ni impongas reglas que para
ellos resulten absurdas. No intervengas en el pequeño mundo que ellos han
construido, es su espacio y debes respetarlo. Para su crecimiento, poner sus
propias reglas del juego es fundamental.
Más
artículos
|