MATERNIDAD
Hijos Hiperactivos
La hiperactividad
es una conducta difícil de manejar tanto para los padres y los maestros, como
para los niños.
Cuando un niño es
hiperactivo, no puede estar quieto, se distrae en demasía, no puede mantener la concentración por mucho tiempo y tiene un exceso de energía que se les
acumula. Cuando esto sucede, el niño molesta a los demás, no hace caso y se
vuelve inmanejable, pero no es de manera consciente. De hecho, hay un nivel de
estrés y de angustia que sufre el niño cuando se siente fuera de control. Por
esto se vuelve irritable y retador.
La mayoría de los padres
no saben qué hacer en estos casos. Se van donde un psicólogo, y aunque esto
es lo indicado, también olvidan pequeños detalles que harían sentir mejor
a su hijo. Por otra parte, es posible que sin indagar mucho, se decidan por
darle la ritalina.
La ritalina los calma, es
cierto. Pero también es cierto que son el centro de una polémica, pues hay
quienes piensan que esta pastillita se asemeja peligrosamente a las anfetaminas
y que conlleva un problema de adicción. Si el médico te receta estas
pastillas, pídele toda la información del caso, e incluso sería recomendable
que pidieras una segunda opinión. Eso sí, definitivamente sólo debes utilizar
la ritalina si el especialista te la recetó y en la medida en que te la
recetó.
Pero
independientemente del tema
propiamente terapéutico o médico, es importante que tomes en cuenta varios
factores, para no empeorar el problema de tu hijo.
El niño hiperactivo es
generalmente diagnosticado con déficit atencional. Tan grave es el asunto, que
entre un 3% y un 5% de los niños en Estados Unidos sufren de este déficit.
Esto significa 5 millones de niños.
Cuando un niño es
diagnosticado como hiperactivo, sería bueno explicarle el asunto sin que se
utilicen categorías como hiperactivo, déficit atencional, mal portado,
malcriado, insolente, etc. Todos estos apelativos, resultan muy negativos para
la autoestima del niño y lo harán sentir muy mal, pues son etiquetas que se le
pegan, sin tomar en cuenta sus sentimientos.
Una vez etiquetado con
esos nombres, el niño no sólo pensará que así es como se define él, sino
que incluso se escudará en estas categorías para
continuar su conducta
equivocada.
Por otra parte, es
importante que sepas que muchas veces, y esto sucede incluso en Estados Unidos,
los niños son mal diagnosticados. A veces sufren de otra enfermedad que se
conoce como bipolar, pero es tan difícil de reconocer, que se confunde
con el déficit atencional.
La enfermedad bipolar es
más grave pues implica ya un nivel de depresión, y todavía no hay una línea
clara de tratamiento, pues como enfermedad infantil ha sido descubierta
recientemente.
Siempre que observes un
comportamiento extraño en tu hijo, consulta con un especialista y si el
asunto se vuelve serio y entran en juego las pastillas, infórmate mucho,
pues a veces la medicina resulta peor que la enfermedad.
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